Por Recycling Int– Ralf Schmitz y Robin Latchem –La retención de Rusia de los suministros de gas significa precios de energía más altos, paralizando las fundiciones que son grandes clientes de metales secundarios no ferrosos.
Los mercados europeos de materias primas están sufriendo un impacto masivo por la guerra en Ucrania. Además de los problemas que se conocen desde hace meses, como el mal funcionamiento de las cadenas de suministro globales y los efectos de la pandemia de Covid, la economía del continente ahora está lastrada por otro tema: la energía.
En las últimas semanas ha quedado claro la poca autosuficiencia que tiene Europa en lo que respecta a la energía disponible. La energía eólica, solar e hidráulica están lejos de poder satisfacer la demanda de energía, al menos en el corto y mediano plazo, mientras que en muchos lugares la minería es un desafío político, al igual que la energía nuclear.
Algunos países europeos, sobre todo Alemania, han dependido del gas ruso durante demasiado tiempo, y esta fuente en particular ahora se está agotando. En el momento de escribir este artículo, el oleoducto principal entre los dos países ha sido cerrado. Tanto la industria como el público están preocupados por las dificultades de suministro en los próximos meses. Casi todas las fuentes de energía requieren grandes cantidades de gas, que presumiblemente no estarán disponibles ahora en cantidades suficientes.
Las fundiciones recortan
La electricidad es tan cara que la industria europea del aluminio ya no puede producirla a precios razonables. Por lo tanto, muchas plantas de aluminio han reducido sus operaciones de fundición y compran mucha menos chatarra en el mercado. Esto pone bajo presión tanto a la industria como a la economía del reciclaje. Los participantes del mercado están igualmente ansiosos por el futuro, y Europa como ubicación industrial está en peligro.
Como si eso no fuera suficiente desafío, el bajo nivel del río Rin debido a la sequía europea obligó a algunos operadores de barcos y barcazas a reducir la capacidad para navegar por la principal vía fluvial en agosto. Las cargas del 33-50% requieren más embarcaciones, lo que aumenta los costos. La demanda de transporte alternativo, como carretera o ferrocarril, también hizo subir los precios. Una barcaza típica que transporta 5 000 toneladas tendría que ser reemplazada por 20 camiones.
En los EE. UU., los últimos indicadores informados por ISRI en agosto incluyeron rendimientos sombríos de los índices Flash Composite Purchasing Managers de S&P Global, que combinan las perspectivas de los sectores de servicios y manufactura. El índice de EE. UU. cayó de 47,7 en julio a 45,0 en agosto, muy por debajo del nivel 50 que marca la expansión desde la contracción.
La lectura de agosto marca un mínimo de 27 meses y la tasa de disminución más rápida en los últimos 13 años fuera de los primeros meses de la pandemia. Los informes de S&P atribuyen la caída a “escasez de materiales, retrasos en las entregas, aumentos en las tasas de interés y fuertes presiones inflacionarias que sirvieron para frenar la demanda de los clientes”.
Mientras tanto, el índice de producción compuesto Flash PMI en la zona euro cayó de 49,9 en julio a 49,2 en agosto, un mínimo de 18 meses. El mismo índice para el Reino Unido también alcanzó un mínimo de 18 meses en agosto en 50,9, mientras que uno similar para Japón cayó por primera vez en seis meses.
Preocupación por la volatilidad
La sombría perspectiva para los mercados no ferrosos se reflejó en el último World Mirror de la Oficina de Reciclaje Internacional (BIR), que observó una transformación con los precios de los metales en las últimas semanas con una caída del 10-30%. El pronóstico era que seguían siendo vulnerables a los altos niveles de volatilidad.
“Con los titulares mundiales dominados por malas noticias, se considera poco probable que los mercados de metales reciban una inyección de confianza y estabilidad a corto plazo, especialmente porque los períodos de vacaciones ahora están reduciendo los niveles de actividad empresarial en muchas partes del mundo”, comenta Mirror.
Señala que los desafíos del mercado incluyen una alta inflación y aumentos de las tasas de interés; el sector inmobiliario endeudado de China; incertidumbre sobre el suministro de gas a Europa durante el conflicto de Ucrania; una creciente crisis del mercado laboral; dificultades de transporte; y la fortaleza del dólar estadounidense.
La contracción del suministro de energía está teniendo un gran impacto en la industria alemana. BIR también señala que las fundiciones sin contratos de suministro de energía a largo plazo se enfrentan a tiempos difíciles y advierte que los operadores más pequeños podrían quebrar.
Según los informes, en Ucrania, las colecciones callejeras de latón representan solo una quinta parte de los volúmenes anteriores al conflicto. Si bien las colecciones nacionales de cobre están cubriendo la demanda interna, se dice que las exportaciones e importaciones son inexistentes. Mientras tanto, los proveedores de chatarra en Rusia tienen stock comprado que no están listos para vender a los precios actuales del mercado debido a la falta de cobertura.
Entre las noticias más positivas reportadas está la expectativa de que el PIB de India crezca al menos un 7% este año, mientras que China ha anunciado planes para aumentar el consumo de chatarra ferrosa a 320 millones de toneladas para 2025, junto con una meta de 20 millones de toneladas de no ferroso reciclado. metales en los próximos cinco años.
¿FACILIDAD DE LAS TARIFAS DE FLETE?
Según el analista Lars Jensen de Vespucci Maritime, se considera que una disminución acelerada en las tarifas al contado de los contenedores es evidencia de una recesión en el mercado. Jensen habló con The Loadstar, que señaló que la tarifa de la costa oeste de EE. UU. de WCI cayó a fines de agosto a US$ 6 127 por 40 pies, un 46 % menos que hace un año, mientras que la cifra para el norte de Europa disminuyó a US$ 8 010, un 42 %. abajo.
Loadstar dijo que había visto cotizaciones de China al Reino Unido en alrededor de US$ 7 000 por 40 pies con un intermediario en Felixstowe en el Reino Unido que reclamaba ofertas por debajo de US$ 6 000.
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